Nos leímos muchos libros de psicología infantil.
Al final, en la puesta en común, sólo pudimos sacar una conclusión:
El niño necesita aprender que todo tiene un límite. O dicho con otras palabras: las reglas deben ser pocas pero estrictas.
Con muchas reglas el niño se lía y no aprende; pero sin el conocimiento de los límites, el niño se encuentra perdido en el mundo, y de mayor será un sujeto perdido y sin rumbo.
Sin reglas estrictas, con reglas que se pueden trasgedir, el niño no aprende disciplina. Si de pequeño se traspasan la reglas...imaginaos de mayor.
Si tú, padre, puedes enseñar eso a tu hijo por las buenas, estupendo.
Sin embargo, otros padres carecen de dotes pedagógicas.
Tradicionalmente, cuando fallaba la pedagogía, el padre solía recurrir al típico "cachete", con el cual conseguía el objetivo: el niño aprendía la lección.
Pero, hoy en día, el cachete está criminalizado.
Allá cada uno con lo que hace.
Sin embargo, hay un dato muy importante. Ese cachete sólo es efectivo hasta, más o menos, los 7-8 años.
A partir de ahí, amigo lector, está todo el pescado vendido.
Un cachete a un mozo de 14 años es totalmente ineficaz y altamente desaconsejable.
Al arbolito se le endereza de pequeñito
Totalmente de acuerdo. Es absurdo prohibir un cachete...no estamos hablando de una paliza, por favor.
ResponderEliminarLo escuché hace años, y tras tener a mi primer hijo lo hice propio:
ResponderEliminar"Yo antes no tenía hijos, pero sí varias teorías sobre cómo educarlos. Ahora tengo varios hijos, y ninguna teoría..."
Bribón.
Sí, jeje, cuanto más hijos tienes, menos sabes...
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